miércoles, 9 de diciembre de 2015

FIN

Definitivamente no me he perdido,
simplemente ha pasado,

la vida,

y sabes qué?

FIN

ha sido un hermoso placer,
y más hermoso aún recordarlo todo

Volver al pasado sólo tiene sentido cuando es de paso, nunca para quedarse

A otra cosa mariposa
otra cosa hermosa, eso seguro

Grande la vidA

Y REDONDA

domingo, 22 de noviembre de 2015

2 años. 5 meses. 11 días.

Mi chica revolucionaria
tiene casi treinta y cinco,
habla dos idiomas,
es diplomada,
licenciada,
experta
y odia el pescado crudo.
Es la más pequeña de cuatro,
tiene dos gatas,
un Astra, 
tres sobrinos,
sale a correr en ayunas y baila tres días por semana.
(...)

Diego Ojeda. Mi chica revolucionaria.

La chica revolucionaria tiene casi treinta y cinco.
Dicen que antes volaba, que sonreía a la luna y que soñaba más despierta que de día. Coleccionaba cosas bonitas, se las mostraba al mundo y cambiaba rumbos sin darse cuenta. Era sancha, farera, crisbil, farmaceutica, noctámbula, poeta. Mandaba paquetes mágicos y recorría el mundo visitando a los valientes. Cuando todo se torcía cruzaba puentes. Cuando salía un día gris se ponía Nacho Vegas y se hacía bilbaina. Cuando le rompían el corazón se le quedaba al rojo vivo. Recorría Madrid, dejaba notas en cafés, descubría rincones, hacía fotos y perseguía cines abandonados.  Devoraba películas, y libros, y besos, y pasaba las horas entre botellas de vino y conversaciones eternas. 

Han pasado dos años, 5 meses y 11 días y la chica revolucionaria no sabe si ha madurado, 

o se ha perdido.